En cada turno, los jugadores reciben una serie de cartas, que podrán usar como eventos para conseguir importantes beneficios, o como modificadores de los resultados de los dados, que se lanzan durante el combate. Tras tomar y revisar las cartas, los jugadores mueven sus tropas por el mapa y despliegan sus generales. Allí donde haya un general y fichas de los dos bandos, podrá desencadenarse un combate. En función del poder de las unidades y de los apoyos que reciban, los jugadores tirarán más o menos dados, tanto para atacar como para defenderse. Una vez concluida la fase de combate, se llevan a cabo los eventos, que representan hechos ocurridos durante la guerra o situaciones históricas ficticias que podrían haber sucedido. Por último, se desarrolla el mantenimiento y la fase de reemplazos, donde los jugadores pueden traer más unidades al tablero o mejorar su potencia.